Un nuevo brote de COVID-19 obliga a los casinos australianos a suspender de nuevo sus operaciones

Las nuevas restricciones masivas debidas al aumento de la incidencia de la infección por coronavirus (COVID-19) en varios estados australianos han obligado a los casinos terrestres a limitar temporalmente sus operaciones. Se ha informado de que varias instalaciones de juego en las regiones donde la situación epidemiológica es más grave están cerrando por completo. Se espera que las medidas restrictivas duren un mínimo de dos semanas.
Los gobiernos de Nueva Gales del Sur, Queensland y Australia Occidental han endurecido las normas de orden público debido al aumento de casos de COVID-19 en las últimas semanas. Por ello, los operadores de casinos terrestres de los estados mencionados tendrán que reducir o cesar completamente sus operaciones de juego hasta que se levanten las nuevas restricciones.
Así, se informa de que en Nueva Gales del Sur, el casino Crown Sydney estará cerrado al menos hasta el 9 de julio. Esto se aplicará a los servicios de restauración y de conferencias del lugar. Además, el casino Star Entertainment Star Sydney también se ve obligado a dejar de aceptar visitantes hasta el 9 de julio, aunque el hotel del complejo seguirá funcionando de forma limitada.
El gobierno de Australia Occidental también ha impuesto nuevas medidas de protección en las regiones de Perth y Peel, que obligarán a los operadores de juego a suspender toda actividad de juego durante un mínimo de tres días (hasta el 30 de junio). El Casino Crown Perth cerrará, pero los establecimientos de hostelería seguirán funcionando durante este periodo.
Las autoridades de Queensland han anunciado nuevas normas que restringirán el acceso a los casinos a partir del 29 de junio. Por lo tanto, se permitirá que los locales estrella de Queensland sigan funcionando, pero con una capacidad limitada de una persona por cada cuatro metros cuadrados. Los visitantes tendrán que llevar máscaras y permanecer en sus asientos mientras juegan o comen.
Recordemos que los casinos estadounidenses están lanzando amplias campañas de captación.